Habíamos leído y oído, que Goa era un lugar muy turístico, pero no podíamos dejar de parar aquí. Además teníamos ganas de pegarnos una de esas fiestas locas (rave) de las que todo el mundo habla.
El primer autobús nos dejó en Mapusa, una de las principales capitales de Goa, aquí ya encontramos la primera avalancha de guiris playeros. Sin descansar ni un minuto cogemos el siguiente bus que nos deja en Anjuna, uno de los pueblecitos costeros. Al bajar nos quedamos totalmente alucinados, aquí todo el mundo es blanco, esta plagado de guiris en motocicleta y luciendo modelitos fashions.
Para aplacar un poco el shock nos tomamos una birrita mientras hablamos de si seremos capaces de aguantar mucho tiempo aquí. Entre tanto sacamos la guia e intentamos ponerla a prueba una vez más, y Bingo!! por esta vez ha acertado, el hotel Manali (300 Rs) cuesta lo que pone. La habitación es muy sencilla, el baño compartido y el agua fría.
Ese mismo día alquilamos una moto (250 Rs) y recorrimos casi toda la costa norte de Goa. Seguimos alucinando con la cantidad de guiris fashions. Es como una burbuja dentro de la india; los restaurantes han dejado de vender sus comidas tradicionales para pasar a vender todo tipo de comida Europea, desde marisco hasta un surtido muy amplio de pasta Italiana.
Aquí la gente no come con las manos , no mascan tabaco, no te miran con descaro (exceptuando en las playas) y hay papel de culo en todos los sitios, incluso venden croissants.... Es como hacer un paréntesis de la India.
Sus playas más importantes no tienen nada de especial, aunque hay que decir que no están sucias, y como están llenas de hamacas y sombrillas par todas partes, que aunque destrozan el paisaje, hacen que sean más cómodas.
Playa de Anjuna |
La vaquita degustando la sandía de unos turistas |
Recorriendo los pueblos por carretera no paramos de ver tiendas de ropa para occidentales y miles de modelitos fashion. Parece que no queda ningún sitio por explotar. Durante las excursiones aprovechábamos para buscar alojamiento barato, pero fue imposible, además el dueño de nuestro hotel nos ofreció un precio más reducido.
Hacia el cuarto día nos decidimos por buscar una fiesta y descubrir cómo era el mundo de la noche. Empezando por un karaoke en Baga, seguido de una pecera en una discoteca en Anjuna y acabando en el Liliput Bar de la misma con una borrachera descomunal de un ron lugareño llamado Old Monk, mezclado con alguna cerveza Kingfisher, que se zanjó con una importante quemada en la pierna de David y Tere conduciendo la moto de vuelta a casa. Todavía no entendemos como pudimos llegar vivos. Dada la resaca que teníamos, decidimos quedarnos unos días más, ya que marchábamos teóricamente ese mismo día.
Con el afán de hacer kilómetros llegamos a las playas de Arambol y Mandren completamente al sur de Goa. Éstas parecen distintas al resto, la gente no es tan fashion, hay un ambiente hippie y las playas no están plagadas de gente. Al final de la playa de Arambol en dirección norte descubrimos un laguito de agua dulce rodeado de vegetación y un restaurante en la misma arena que servía comida india barata.
Playa de Mandrem |
Laguito en Arambol |
Mandrem desde arriba |
También descubrimos que todos se reunen para contemplar la puesta de sol, rodeados de sonidos de tambores y flautas que hacían los más variados ritmos. Los días siguientes los pasamos entre las playas de Arambol y Mandrem disfrutando del sol, sus playas y las ya mencionas puestas de sol.
Al final nos quedamos 15 días y es que, aún siendo como hemos dicho una burbuja, a veces desconectar de la realidad de India es un descanso tanto para el cuerpo como para la mente. Por último comentar que si alguien acude a Goa con el afán de encontrar Raves que sepa que sus días han terminado.